El otro día estuve tomando un café con una amiga que estaba muy ilusionada con su nueva casa y disfrutando como una niña decorando su nuevo hogar. La vi muy contenta y llena de alegría, hasta que, de repente, se paró un momento y me dijo: “me estoy pasando horas chafardeando en Internet y no consigo decidirme, ¡hay tantas cosas que me llaman la atención!”

No podía estar más de acuerdo con ella: ¡Internet es el escaparate más grande del mundo!

Así que, si alguna vez te has encontrado tu también en esta situación, en el post de hoy quiero ayudarte a encontrar la forma de salir de esta situación un poco caótica y optar por las decisiones acertadas para que tu decoración de casa sea bonita y, lo que es más importante: coherente.

4 consejos para elegir la mejor decoración para tu casa

1- El estilo lo debe marcar tu personalidad

Es verdad: nuestra casa habla de nosotros, y a veces nos preocupamos demasiado del efecto que puede tener sobre nuestros huéspedes y olvidamos que, antes que nada, es nuestro hogar, nuestro espacio más privado. Por este motivo, buscando accesorios para nuestra casa, acabamos comprando cosas que luego no usamos. Mi primer consejo es animarte a encontrar tu estilo. No te confundas: no tienes que seguir una tendencia solo porque lo digan las revistas de decoración de interiores. Primero que todo, tienes que amarte a ti mismo y aceptarte por lo que eres y por cómo vives. Tienes que pensar que tu casa es algo así como tu identidad visual: el reflejo de ti, de tu personalidad y el resultado de tus dinámicas cotidianas.

A menudo me pregunto sobre cuál será mi estilo en interiores; me encanta ver imágenes de casas minimalistas, pero también me emociono con espacios o apartamentos. Lo que sí es verdad es que, al final, no creo que me gustase vivir en ninguna de estas casas porque no lo encontraría cómodo para vivir en el día a día.

¿Qué he hecho? He dejado de frustrarme buscando que mi casa se parezca a una tendencia o a otra y he aceptado que mi casa sea como soy yo. A veces, un poco loca: me encanta tener a la vista fotos de mi familia y rodearme de objetos hechos a mano que he encontrado a lo largo del camino, ya sea en tiendas o en los mercados de segunda mano o online. Para mí, son detalles que le añaden calor a mi hogar. Las plantas también son una necesidad obvia en mi casa.

En definitiva: si tu casa está en sintonía con tu personalidad, tu también serás más feliz y disfrutarás más de cada pequeño momento.

2. Busca objetos que te transmitan ese feeling

Déjate guiar por tu instinto. Hay objetos que enseguida consiguen comunicarnos algo, despertar en nosotros una emoción. No creo que dejarte llevar por esta emoción sea nada arriesgado. Por ejemplo, a mí me encanta descubrir pequeñas marcas de personas creativas; soy muy sensible a la delicada imperfección y, por ello, estas piezas son únicas y realmente perfectas para mí. Las prefiero a los productos de las grandes tiendas y creo que transforman mi casa en un espacio acogedor.

Si compras objetos que tienen un vínculo emocional contigo, esas emociones se trasladarán a tu casa: emociones positivas que te rodearán la mayor parte del día y te darán una gran paz interior, haciendo de tu casa tu refugio.

3. Elige bien en qué gastas tu dinero

Está claro que a la mayoría de nosotros no nos sobra el dinero. De todas formas, estoy segura de que alguna vez, tu también has hecho alguna compra compulsiva solo para sentirte de otra manera y al cabo de poco te has arrepentido; creo que nos ha pasado a todos. Por eso te digo que es mucho mejor comprar de forma consciente para no arrepentirnos a posteriori de nuestras decisiones impulsivas en momentos de bajón.

El consejo que te puedo dar es que, a la hora de comprar, pienses cuánto vas a usar ese objeto, si va a ser funcional dentro de tu casa y, aunque no tengas mucho dinero, no pongas toda tu atención en el precio sino en la calidad de lo que estás comprando. Mejor comprar algo que realmente necesitas y tiene calidad aunque esto quiera decir hacer una inversión o dejar de comprar otras cosas. Una vez más, se trata de que tu seas feliz. Feliz y emocionado con tu compra, no víctima del arrepentimiento. También recuerda que, muchas veces, lo barato sale caro.

Además, no olvides el poder que tiene tu dinero. Cuando compras, estas apoyando un modelo económico u otro. Estás apostando por grandes multinacionales o apoyando pequeños comercios locales.

4. Piensa bien en el material que necesitas y acertarás

El material del que está hecho un producto no solo es sinónimo de calidad, sino de funcionalidad, higiene o sostenibilidad. Cuando compremos un producto, una vez más, debemos ser cuidadosos y pensar cuáles son los materiales óptimos para ese objeto y qué beneficios nos pueden aportar.

Un ejemplo de esto son los muebles de madera versus los de aglomerado: en un principio, los de aglomerado parecen estéticamente igual de bonitos pero, según los vas usando, te das cuenta de que el aglomerado se desgasta y va cediendo ante el peso de lo que coloques en él mientras que, si optas por un mueble de madera, será mucho más estable y aguantará más tiempo incorruptible. Y tu casa, está pensada para durar mucho tiempo, ¿Verdad? Si tienes niños pequeños o sabes que tu casa será un lugar en el que se puede acumular mucha suciedad, también es importante ser práctico: materiales como el vidrio, el mármol para la cocina o las baldosas en el suelo en lugar de parquet pueden ser una opción mucho más conveniente. Por último, también debemos pensar en qué nos inspiran ciertos materiales y qué implica el hecho de comprarlos: como bien comentaba antes, si encargas una puerta a un carpintero, esa puerta será única y probablemente, la madera empleada para crearla vendrá de recursos más nobles y sostenibles que una marca industrial. También puedes optar por productos sostenibles como las maderas certificadas o los vidrios reciclados. De esta forma, no solo estás contribuyendo a la sostenibilidad del planeta, sino que el material que forma parte de tu casa, está contando una historia: antes era un árbol, pero en su lugar se ha plantado otro para que siga habiendo el mismo bosque: esa lámpara, antes era una botella de vidrio que, si era reciclada, probablemente se convertiría en silicio para el asfalto. Estos pequeños detalles son los que hacen que la decoración de una casa sea única.

Espero que estos consejos te ayuden a la hora de elegir la decoración de tu casa. Y, recuerda siempre: ¡eres tú quien va a vivir en ella!

Hasta pronto,

Lucía

Izabell Fransson
Izabell Fransson

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