Cuando empecé a plantar mis primeros tomates no me imaginaba hasta dónde me iba llevar este mundillo, año a año mi mini huerto gana más terreno, no sólo físico, sino mental, amplia mis inquietudes cada día: primero, me animó a comer mejor y a probar cada día cosas nuevas, añadiendo más verde y orgánico a mi dieta. Cada día hay más variedad de cosas en mi despensa, desde mermeladas caseras hasta ramilletes de flores para ensaladas, cosas que nunca nunca pensé que estarían en mi día a día. Después, descubrir que esos picores en la piel y el cuero cabelludo que me acompañaban toda la vida se correspondían con cierta sensibilidad a varios ingredientes de cosméticos me hizo incluir jabones y cremas en mi recetario, aprovechando aromáticas y flores del huerto. Pareció casi un paso natural, un escalón más hacia una vida más sostenible y slow. Visto los buenos resultados de mis jabones, cremas y tónicos caseros, ahora estoy inmersa en la creación de un botiquín viviente, es decir, ampliar y establecer de forma permanente mi huerto medicinal.

El potencial de las plantas medicinales

Es curioso, porque si algo ha hecho conmigo mi huerto, es provocarme que ya no vea las plantas como simples elementos decorativos que alegran balcones o parques, siempre miró más allá, a sus propiedades, a su composición, a su papel en un ecosistema del cual fué parte antes, cuando las plantas suponían nuestra primera fuente de recursos alimentarios y medicinales. Me gusta pensar que con ello recupero parte de un conocimiento que formaba parte de nuestra sociedad (y del que dependíamos para sobrevivir) y que me reconecta con el mundo, hasta en el ajetreo de mi día a día en un entorno urbano. Atención, que no estoy recomendando con todo esto dejar de ir al médico cuando haga falta, ni sustituir medicamentos recetados. Simplemente quiero remarcar el potencial de las plantas para tratar molestias y enfermedades típicas como resfriados, estrés, digestiones pesadas, etc. Es una forma más barata y natural de combatirlas, pero como todo en esta vida, hay que hacerlo con cabeza y sentido común.

Escoger las plantas para el huerto medicinal

A la hora de hacer el huerto medicinal, una de las cosas que más me ha costado es elegir las plantas que iban a formar parte de él. Hay millones, y sus propiedades son muchas y diferentes, por eso creía importante compartir este post contigo, para que a la hora de iniciar o complementar tu huerto medicinal puedas escoger según tus necesidades. Si te fijas, en el listado de abajo encontrarás que hay varias plantas que sirven para tratar varias dolencias, así que es probable que con sólo unas pocas puedas abarcar gran parte de tus problemas más habituales. Ejemplo: En mi caso, la lavanda supone un imprescindible en mi huerto medicinal, ya que va bien para resfriados (siempre me cae alguno por estas fechas), es un buen calmante (perfecto para calmar nervios antes de ir a la cama) y la utilizo mucho tanto en cremas para la piel y tónicos para el pelo. De forma que ya abarca gran parte de mis necesidades. Busca el factor común y encuentra tu “planta clave”.

Plantas medicinales que ayudan en la digestión:

Perfectas para hacer infusiones después de comidas copiosas o para dolores leves de estómago

Salvia, Manzanilla, Mejorana, Melisa, Menta, Caléndula (efectiva también para ayudar a tratar úlceras gracias a su poder cicatrizante), Tomillo.

Plantas para resfriados y gripes:

Para bajar la fiebre: Angélica, artemisa, melisa, menta, tomillo.

Para calmar la tos: Amapola, mejorana, borraja.

Antiinflamatorias: Lavanda, menta, romero, salvia, tomillo.

Plantas para alergias:

Equinácea, ortiga, tomillo, pensamiento.

Plantas para la ansiedad y los nervios:

Perfectas para elevar el ánimo y la estabilidad emocional

Angélica, amapola, manzanilla, amapola de california, melisa, lavanda, hipérico, menta.

Plantas para dormir:

Para infusiones antes de ir a dormir

Amapola de California, lavanda, hipérico, tila, valeriana.

Plantas para embarazadas:

Manzanilla, hinojo, melisa y menta (contraindicadas para el embarazo: salvia, artemisa, ruda y perejil)

Plantas para la piel:

Para realizar cremas y lociones, especialmente indicadas para aquellas personas con la piel sensible, o para tratar quemaduras e irritaciones

Lavanda, pensamiento, caléndula.

Plantas para el pelo:

Crea tónicos que fortalezcan tu pelo y tu cuero cabelludo, son reguladoras en la producción de grasa y ayudan a mejorar la circulación de la sangre hacia el cuero cabelludo, perfecto para prevenir la caída.

Capuchina, ortiga, romero, lavanda.

¿Y tú? ¿ya tienes un huerto medicinal? ¿Qué plantas son las que más utilizas?

Izabell Fransson
Izabell Fransson

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